La marcha del francés de Londres acaba, también, con la paciencia que auspició la consolidación de un proyecto deportivo que se cimentó sobre un páramo, reformulando el paradigma de un equipo que presumía de juego ultradefensivo y estaba considerado como uno de los clubes más odiados de Inglaterra.
A base de confianza, Wenger fue tejiendo un modelo que abarca desde la táctica y los programas de entrenamientos hasta la política de fichajes y la financiación para la construcción de un nuevo estadio. En 22 años, el técnico que llegó de Japón siendo un completo desconocido ha conseguido hacer del Arsenal un equipo reconocible por su filosofía de juego.
Más allá de las luces y el gran lunar como 'gunner', Wenger puede presumir de haberse ganado el respeto de una directiva que confió en él durante más de dos décadas, quedándose a 'sólo' cinco campañas de la leyenda de Old Trafford. Sir Alex Ferguson, que renconció sentirse orgulloso de haber sido rival del francés, aterrizó en el Manchester United diez años antes que Arsène en Londres y dirigió a los 'red devils' hasta 2013.
Coetáneos en los '90, Wenger y Ferguson libraron uno de los pulsos más apasionantes de la historia del fútbol inglés, donde el francés consiguió ganar una Premier League sin perder ningún partido a lomos de Thierry Henry y el escocés subió a los suyos al trono de la Champions League.
Durante su etapa en el Arsenal, el técnico francés ha visto cómo hasta 83 técnicos han desfilado por los banquillos de los grandes equipos de Europa: Real Madrid, Barcelona, Juventus, Milan, Bayern de Múnich, Liverpool y Mancheter United.