Los jugadores cambian, el estilo se adapta del entrenador a los futbolistas, pero el legado permanece. Al menos, eso es lo que quiere creer el barcelonismo, que espera que este 'Barça a la italiana' nunca olvide cómo nació.
Los últimos movimientos del mercado azulgrana han dejado al proyecto de Luis Enrique tiritando. Mascherano ha sido el último en marcharse. El 'Jefecito' no contaba demasiado para Valverde, y buscará minutos fuera para estar en su último Mundial.
A la marcha del argentino le precedieron otros dos desahuciados por el técnico vasco, Rafinha y Arda Turan. Al primero le han sentenciado sus lesiones, y el segundo estuvo condenado desde que el 'Txingurri' pisó Barcelona.
A cambio han llegado Coutinho y Yerry Mina, cubriendo las tres bajas de forma más que sobrada entre ambos.
La marcha de Arda Turan parecía cantada, y la falta de acuerdo en verano sólo retrasó lo inevitable. Ya con Luis Enrique quedó demostrado que el Atleti se la había colado al Barcelona con el turco, pero aún así los 'culés' pudieron disfrutar del mejor Turan en alguna ocasión. Pocas, pero intentas.
Algo similar ha pasado con Rafinha. Las continuas lesiones del menor de los Alcántara han terminado por dejarle fuera, literalmente.
Y qué decir de Mascherano. Luis Enrique le recuperó para la causa, tras su amago de espantada en 2014, tras el 'tatacazo'. A las órdenes de Luis Enrique se convirtió en el mariscal de la zaga junto a Piqué, pero ya el pasado curso se vio que el Barcelona necesitaba que otro fuera el tercer central.
Cuando llegó Valverde pidió a Íñigo Martínez, y eso indignó al argentino. La llegada de Mina ha sido causa y consecuencia de su anunciada marcha en busca de minutos.
Pero no todas las apuestas de Luis Enrique han caído en saco roto. Valverde ha logrado sacar un rendimiento aceptable al denostado André Gomes, y ha mantenido la confianza en el polivalente Sergi Roberto que descubrió el asturiano.
Los nombres vienen y van, pero el estilo permanece. Aunque cambie sutilmente, en el fondo este Barça es heredero del de Luis Enrique, que a su vez es heredero del de Guardiola, y así, sucesivamente.