El Eibar acabó el partido con diez jugadores después de que Hernández Hernández le mostrara la segunda tarjeta amarilla a Orellana mediada la segunda mitad.
El centrocampista chileno, que estaba cuajando un gran encuentro, protestó por una falta sobre Busquets y acabó desplazando el balón con un puñetazo que le costó la segunda amarilla.
Mendilibar acabó muy enfadado con el chileno, al que regañó mientras enfilaba el camino de los vestuarios. Posteriormente, el técnico fue también expulsado por protestar una acción de Suárez en la que no se mostró amarilla.