Ter Stegen vuelve al lugar del crimen. El año pasado Balaídos acogió uno de los encuentros del año, con ese espectacular 4-3 para los gallegos. Su error con un Barça que llevaba marchamo de remontar un 3-0 terminó de hundir al equipo.
Aunque es un seguro de vida en el juego de pies, a veces algún fallo le cuesta caro. Casi sucede contra el Valencia, un mal pase que luego enmendó en el mano a mano. Pero en Balaídos no pudo. Intentó hacer un sombrero al jugador del Celta pero la bola dio en el cuerpo de Hernández y se coló en la red.
Corría el minuto 77. El equipo catalán se había logrado poner 3-2 tras irse 3-0 al descanso en una primera mitad arrebatadora del Celta. Cuando más apretaba, llegó ese tanto que puso el 4-2. Piqué dio esperanzas en el 87' y luego hubo una opción para empatar.
Pero lo cierto es que Ter Stegen quedó señalado, y volvieron las dudas acerca de si era el guardameta idóneo para el club catalán a corto, medio y largo plazo.
Hace unos días ya le tocó vivir el mal trago del Olímpico, donde Florenzi le había hecho pasar uno de sus peores trances como jugador del Barça. No consiguió quitarse esa espina porque, a pesar de que no tuvo fallos reseñables, se hundió con el resto del equipo para quedar eliminado de la Champions contra pronóstico.