La papeleta era complicada de solventar. El 'león' herido necesitaba darle una alegría a su afición tras tres derrotas consecutivas y Mariano, Fekir y compañía, que llegaban con los dientes afilados, mordieron, atravesaron carne y hueso.
Pero no sólo había ganas en un extremo. El Villarreal llegaba con cuentas pendientes. Por mucho que brille en España, Europa siempre se le escapa de las manos y este jueves volvió a ocurrir eso.
Hubo lucha continua y casi ni un minuto para respirar. Que Asenjo y Lopes fueran los mejores de la primera mitad lo dice todo. Los dos porteros estuvieron a un nivel superlativo. Sólo ellos pudieron evitar que el marcador se hubiera inflado hasta niveles aberrantes.
Los dos minutos de Mariano
Sin gol en una parte, y con dos en el inicio de la segunda mitad. 30 segundos después del salir de vestuarios, Mariano le dejó un balón franco a Ndombele para que este rematara con un cabezazo desde el segundo palo. Dos minutos después, el propio ex madridista, con una contra brutal que firmó él solo, provocó que Fekir cazara un rechace de Asenjo para poner el 2-0.
El gol hundió a un Villarreal que resurgió de sus cenizas cuando más lo necesitaba. Fornals, con un disparo que tocó pero no logró detener Lopes, colocó el 2-1. Llegaba la esperanza para el equipo castellonense, pero Depay se encargó de acabar con ella.
El holandés ejerció de revulsivo para sustituir a un Aouar que fue de más a menos. Le sirvieron 10 minutos para dejar bien encarrilada la eliminatoria con un zapatazo desde la frontal que dejó al 'Submarino' casi hundido en Lyon. La Cerámica intentará reflotarlo.