Nunca nadie logrará poner de acuerdo a todo el mundo con la justicia o no con la que los últimos 10 Balones de Oro han sido concedidos a Cristiano Ronaldo y Leo Messi.
De los cinco que tienen cada uno, varios deberían haber ido a parar a manos de otros futbolistas. En el caso de Cristiano, el de 2013, por ejemplo, se dice que debió ser de Messi.
Pero hay uno de los cinco del argentino que es especialmente criticado, el de 2010. Ese año, el Barcelona ganó la Liga y Messi fue 'Pichichi'. Al parecer, méritos suficientes para ganar el trofeo.
Lo ganó por delante de sus compañeros Xavi e Iniesta, que cambiaron el trofeo de máximo goleador del argentino por el Mundial, ganado a Holanda en una final llena de suspense.
La foto era para el recuerdo, y confirmaba al mejor Barcelona de todos los tiempos. Y el gran olvidado no fue Cristiano, que firmó una temporada 'normalita' (Higuaín quedó por delante de él en el 'Pichichi', por ejemplo), sino otro futbolista.
Wesley Sneijder se encontraba en la plenitud de su carrera. Llegó a la gala del Balón de Oro de la FIFA como campeón de la Champions, de Italia, de la Serie A, de la Coppa y de la Supercoppa.
Fue subcampeón del Mundial de Sudáfrica y Balón de Plata y Bota de Bronce en el mismo. La UEFA le nombró mejor centrocampista de la Champions y la IFFHS, tercer mejor constructor de juego del momento.
Esa laureada hoja de servicios sólo le sirvió para ser cuarto. El gran olvidado de ese Balón de Oro, de los más cuestionados de la historia, no es ni Xavi ni Iniesta, es Wesley Sneijder.