"Estimados aficionados,
en una palabra: lástima. Nuestro sueño no se ha cumplido. No hemos llegado a la final, a la de Río no le siguió otra noche mágica. Por desgracia. En el partido contra Francia faltó algo fundamental: la pizca necesaria de suerte. Pero las derrotas forman parte de esto, incluso si hacen daño. Y, por supuesto, tenemos que reconocer el poderío de nuestro oponente, dándole al equipo francés nuestra honesta y sincera enhorabuena por llegar a la final.
Todavía estoy orgulloso de lo que hemos logrado. Nos hemos mantenido fieles a nuestro estilo de jugar al fútbol. Durante las últimas siete semanas hemos ido creciendo cada vez más como equipo, esta cohesión nos hizo fuertes hace dos años en Brasil, y aquí en Francia sucedió de nuevo. Somos un equipo, somos 'Die Mannschaft'.
Parte de ello también son los aficionados. En Lille, en St. Denis, en París, Burdeos, Marsella - donde quiera que estuvimos: gracias a vosotros tuvimos al jugador número 12 en nuestro equipo. Vuestro entusiasmo se pudo oír y ver en los estadios, pero también sentimos el gran apoyo de la gente desde toda Alemania. Por ello, desde aquí, para todos los aficionados: ¡MUCHAS GRACIAS!
Gracias también a los anfitriones, a Francia y a los franceses. Desde el primer día nos sentimos cómodos, seguros y muy bienvenidos. Tuvimos las mejores condiciones en Évian. En nuestro cuartel general pudimos concentrarnos y entrenar intensamente, al igual que relajarnos y recuperarnos en calma. Francia es un excelente organizador de este Campeonato de Europa.
En nombre del equipo me quito el sombreo ante Francia - Chapeau.
Merci! Au revoir! ¡Y hasta pronto!"