El CSKA de Moscú se despidió de la Champions League con un empate ante el Bayer Leverkusen en un choque en el que los rusos merecieron algo más, pero en el que también pudieron perder con claridad si el conjunto germano hubiera aprovechado sus oportunidades.
De salida fueron los rusos, más necesitados, los que tuvieron las ocasiones más claras, pero Golovin, el más activo en ataque, no acertó a batir a Leno en dos claras oportunidades al contragolpe y tampoco lo hizo el equipo moscovita en un remate de volea que lamió el travesaño del portero alemán, ya con 0-1.
El tanto de los visitantes había llegado precisamente escasos minutos antes en una acción de calidad de Kampl, que dejó solo a Volland para que batiera con comodidad a Akinfeev.
Los de Leverkusen, que comenzaron dominando y acabaron encerrados para salvar el empate, fueron cediendo terreno y dieron vida a los de Slutski con el penalti de Henrichs, que transformó con facilidad Natcho.
De ahí al final, un quiero y no puedo para un CSKA al que únicamente le quedará el consuelo de pelear por la Europa League si el Tottenham no gana al Mónaco.