El Hamburgo se hunde. Después de llamar en varias ocasiones a las puertas de Segunda, esta temporada parece que puede ser la definitiva. Después de toda una vida en Bundesliga, el cuadro alemán necesita prácticamente un milagro para salvar la categoría.
No por los puntos, que también (está a siete de la promoción), sino por las sensaciones que desprende en el campo y por el tremendo lío institucional y deportivo. Tras una nueva goleada en casa del Bayern, los aficionados del Hamburgo amenazaron a sus jugadores colocando once cruces en el campo de entrenamiento.
"Ha llegado vuestra hora, no os podéis escapar", rezaba una pancarta situada al lado de las cruces. La misma hora que lleva desde el año 1963 marcando el destino del Hamburgo, que ha pisado la Bundesliga desde el primer año de su creación.
Un icónico reloj que podría anclarse dentro de escasas semanas, si es que el Hamburgo no consigue abandonar la penúltima posición de la tabla. Hertha, Schalke o Hoffenheim son algunos de los rivales que aún les queda por el camino.
Así las cosas, todo un campeón de Europa está a un paso de dar con sus huesos en Segunda por primera vez. El corazón de Hamburgo, reflejado en el reloj del Imtech Arena, está a punto de detenerse.