Qué importa el fútbol cuando una persona pierde la vida. Qué le importará el fútbol a esos dementes que se liaron a golpes alrededor del estadio. Qué importará el fútbol, en definitiva, cuando no es deporte, ni convicencia, ni valores y sí nido de bestias y abrigo para violentos. Qué importa el fútbol cuando no es fútbol.
Cuando se supo la trágica noticia, alrededor de las 22:00 de la noche, a San Mamés lo envolvió un rumor, una bruma espesa, un runrún doloroso. El partido dejó de ser importante y la desgana se trasladó al terreno de juego. Remoloneando pasó el Athletic, casi sin querer, porque el Spartak ni atacó en la segunda parte y si se puso 1-2 fue casi por inercia.
El Athletic, sin su guía Aduriz, es un equipo de pocos recursos. Iñaki Williams, a falta de veneno, ofreció velocidad y se movió por todas las posiciones de ataque, pero se fue diluyendo con el paso de los minutos. El Athletic intentaba sujetar y narcotizar el encuentro, pero Promes quiso encarar y correr con la banda.
Sólo Raúl García, con un semi proyecto de vaselina, puso a prueba a Selikhov. Promes respondió obligando a Herrerín a lucirse. El Spartak encontró premio en la cabeza de Luiz Adriano poco antes del descanso.
El Athletic salió con otra cara al descanso y Etxeita aprovechó la buena incursión de Saborit por la izquierda. A partir de ahí, apagón. San Mamés oyó que un policía vasco había perdido la vida fuera del estadio y desconectó del partido. Los jugadores se contagiaron y Athletic y Spartak hicieron las paces.
Melgarejo añadió algo de picante con su gol a pocos minutos del final, pero nadie estaba para bromas ni prórrogas. El Athletic pasó a octavos y el Spartak cayó eliminado. Qué importan ambas noticias cuando la sangre salplica a la pelota.