Ni siquiera el tifo que tenían preparados los locales intimidaron a los visitantes, concienciados de la emboscada que trató de prepararle Ziganda para esta vuelta de los octavos de la Europa League.
El ímpetu que trataba de insuflarle la grada al Athletic de Bilbao fue mecido por el Olympique de Marsella, en un alarde de personalidad que se impuso con insultante superioridad.
Sin nada que perder más que tiempo, los de Rudi tenían la pelota, esperando un error de los locales con paciencia, basculando con seguridad hasta encontrar una rendija en profundidad.
Los nervios se fueron apoderando de unos 'leones' ávidos de remontada, presos de la impotencia de ni siquiera disfrutar de la posesión mientras el tiempo corría en su contra.
Al filo del descanso, Payet trazó una diagonal que sacó a relucir las miserias defensivas del Athletic de Bilbao, antes de caer en el área local tras un cruce con Lekue.
Aunque el derribo fue, cuanto menos, discutible, el capitán del Olympique de Marsella batió a Herrerín con sutileza, engañándole con el lanzamiento para sentenciar la eliminatoria.
Sin embargo, el apellido de estos octavos de final fue el de Ocampos. El delantero argentino asestó el golpe definitivo apenas unos minutos después de la reanudación.
El latigazo del Olympique de Marsella terminó de domar cualquier atisbo de remontada local, que se fue apagando merced a la impotencia del paso del tiempo en San Mamés.
Sólo Iñaki Williams invitó al optimismo, con un gol que honró los colores de una hinchada que vio cómo Aduriz era expulsado por doble tarjeta amarilla, al barrer por impotencia a Ocampos.