El mundo del fútbol ha acuñado la frase del 'nuevo Messi' para inflar a jugadores que empiezan a mostrar dosis de talento que amenazan con instalarse por encima de la media. La excelencia lograda por el argentino será muy difícil de emular y las osadas comparaciones con el '10' del Barcelona no hacen más que complicar las carreras de futbolistas que sólo intentan encontrar su hueco en este deporte.
En los últimos años, temiendo el final de la carrera de Messi, ha aumentado el afán por encontrarle un heredero. Esa maldición la sufrió Douglas Costa, que tuvo un estreno devastador en el Bayern, y se fue apagando hasta ser un simple buen jugador en la Juventus. Que no es poco, pero no es Messi.
Algo similar le ha ocurrido a Dybala. Los focos suelen quemar, pero el de 'nuevo Messi' achicharra. Y el argentino se ha caído ante su juventud y la falta de determinación en los momentos más determinantes de la temporada, tanto con la Juventus como con su Selección. El hecho de compartir nacionalidad sólo sirvió para incrementar las desafortunadas comparaciones.
Por la misma senda se perdieron otros tantos que sufrieron esa presión y no la soportaron. Se quedaron en el camino de la genialidad, de una incomparable e inimitable, la de Leo.
Y ahora aparece Salah, otro zurdo al que se le han visto regates y jugadas 'messianicas', pero que intenta huir de unas comparaciones que tiene claro no merece. Sus cuatro goles ante el Watford le volvieron a poner en el foco del '10'. Sus números, los únicos a la altura de los del argentino en esta temporada, avalan al del Liverpool. Su zurda, más letal que preciosista, se mantiene impasible en la Premier, donde hasta ha conseguido apagar el 'efecto Kane', ahora lesionado.
La histórica temporada de Salah le ha metido de lleno en la lucha por todos los galardones individuales, para lo que ayudará su futura presencia en el Mundial de la mano de Egipto. Pelará con Neymar por hacerse un hueco en la mesa de los más grandes del año. Pero cuanto más se aleje del espejo de Messi, mejor. Muchos fueron los que vieron su imagen en el espejo del '10' y, como en el mito de Medusa, se acabaron quedando paralizados.