El nivel de Leo Messi en año de Mundial empieza a ser estratosférico. El argentino juega al ritmo que quiere, pero siempre resulta determinante. Ante el Betis, bajó a defender en los minutos finales y con el partido resuelto. Recuperó el balón en la esquina del área, tiró dos amagos y se inventó un caño para desnudar a Guardado y llevarse la ovación del Villamarín.
La jugada del delantero azulgrana es sencillamente apoteósica. Rompe a Guardado con un giro inesperado, se marcha de otros dos con un recorte y ante el regreso del mexicano le tira un caño que le permite salir a campo abierto y con todo a su favor para montar una contra que casi acaba en gol. Sencillamente Leo.
21 de enero de 2018