Hay ligas que se ganan con un gran juego de equipo. Otras, gracias al juego aéreo. Y otras muchas, por qué no decirlo, por la casta. Esta parece que va a ser una Liga decidida por la calidad de Messi. Un golazo de falta del argentino, el tercero en ocho días, permitió al Barcelona desequilibrar un duelo muy igualado ante el Atlético del Cholo. La primera mitad fue para los de Valverde y Simeone reaccionó tarde, tras el descanso, con unos cambios que acabaron siendo estériles.
El Barcelona-Atlético respondió a las expectativas como ya lo hiciera aquella 'final por la Liga' de 2014. Como aquel día, el Barcelona se adelantó y controló el choque en la primera mitad, pero también como ese lejano 17 de mayo de 2014, el Atlético creció tras la reanudación y merodeó el tanto del empate más por empuje que por ocasiones reales.
La ley de Iniesta.
El partido se rigió por la ley de Iniesta hasta que al manchego le duró la gasolina. Sin grandes ocasiones claras ni un juego fastuoso, el Barcelona sí que se posicionó en el terreno de juego de un Atlético demasiado tímido y a la expectativa y que apenas pisó el área de Ter Stegen en la primera mitad.
Es este Barcelona un equipo que defiende muy bien y que cuenta con la calidad y el desequilibrio de un Leo Messi que, para colmo, vive un momento de gracia. Al argentino no le hizo falta aparecer demasiado en los primeros 45 minutos. Una falta aquí y otra allá y el miedo que hacía acto de presencia en la portería de Jan Oblak y en la parroquia 'colchonera'.
En la primera, Leo apuntó y chocó con la barrera. En la segunda, el balón fue directamente a la red. Era el gol 600 del azulgrana en partido oficial y su tercer tanto de falta directa en apenas ocho días, algo que no había conseguido nadie en la historia de la Liga.
El 1-0 despertó a jugadores hasta entonces aletargados. Creció Coutinho, que firmó una segunda mitad más que aceptable y que dispuso de un par de ocasiones para hacer el segundo, y se agrandó Sergi Roberto, que inutilizó a Filipe Luis en la primera parte y en la segunda mitad fue un pulmón para un Barcelona que acabaría tirando de inteligencia para defender el resultado.
Un Atlético necesitado.
Fue precisamente tras el paso por los vestuarios cuando el choque cambió. El Atlético empezó a presionar más arriba y el Cholo no tembló a la hora de ponerle gasolina al asunto. El problema es que esta vez no hubo mecha. Ni Griezmann ni Koke ni Saúl encontraron el camino y el hecho de que Thomas fuera uno de los mejores rojiblancos habla muy a las claras de la falta de profundidad de los 'colchoneros' durante todo el choque.
Aunque el Atlético sí que consiguió echar atrás al Barcelona, los azulgranas no pasaron problemas nada más que en un gol anulado a Gameiro por fuera de juego de Diego Costa. En la otra área, los de Valverde sí que pudieron aumentar la diferencia en sendas acciones de Sergio Busquets a la salida de un córner y de Luis Suárez, ya en el tiempo añadido, con una preciosa vaselina.
La 'final por la Liga' no defraudó tras lo apuntado en las últimas jornadas, pero volvió a confirmar que, salvo descalabro, el Barcelona la tiene casi encarrilada. Es lo que tiene jugar con el mejor...