Tras el 1-0 de la ida, en un encuentro en el que el Barça contó con multitud de ocasiones, los de Guardiola necesitaban ganar al equipo dirigido circunstancialmente por Di Matteo. El 2-2 resultó ser el ajusticiamiento de la 'era Pep' en el Barcelona.
Aquella noche Busquets e Iniesta (tras asistencia de Leo) pusieron al Barcelona 2-0 y el Chelsea se quedó con diez por expulsión absurda de Terry. El escenario ideal en los primeros 45 minutos... hasta que en el añadido de la primera parte Lampard vio un hueco en la zaga del Barça y Ramires sacudió al conjunto azulgrana.
Messi, en el 49', tuvo la oportunidad de cerrar el partido desde el punto de penalti, pero envió el balón al larguero. Una pena máxima que le ha perseguido durante toda su brillante carrera. El Barça entró en barrena contra un equipo que jugaba con diez y que sentenció con gol de Torres tras quedarse solo en un contragolpe delante de Valdés. Un desenlace absolutamente inesperado para el un equipo inolvidable, el Barcelona de Pep Guardiola.
El Chelsea se metió en la final y Leo Messi no pudo evitar las lágrimas. Alexis Sánchez, que vivió aquel partido como jugador del Barcelona, explicó la reacción del astro argentino en el vestuario. "Puedes llegar a llorar durante un partido si pierdes una final. Todo es parte del fútbol. En el vestuario del Barça, después del partido con el Chelsea, vi a Leo Messi llorar", dijo en febrero sobre aquella fatídica noche en una entrevista en 'Sky'.
Casi seis años después, Leo Messi recibe de nuevo al Chelsea en su feudo. Con una diferencia esencial: en el encuentro de ida, jugado en Stamford Bridge, la leyenda 'culé' logró por fin romper su maleficio ante los 'blues'. No quiere volver a repetir aquellas lágrimas.