Regla número uno a la hora de ceder un balón a tu arquero: nunca hacerlo directamente a portería, y siempre apuntar fuera fuera de la meta.
Regla número dos a la hora de ceder un balón a tu portero: nunca hacerlo sin mirar. Los excesos de confianza se pagan.
Regla número tres a la hora de ceder un balón a tu portero: en caso de duda. patadón y balón a saque de banda.
Bien, pues ni la uno, ni la dos, ni la tres. A Mauricio Isla se le descompuso el cerebro, y ni cedió a su portero, ni dio un pase a su compañero, ni despejó el esférico. Se lo entregó directamente a un rival, con esperpéntico resultado. Castigado sin postre.