El dominicano apareció cuando más le necesitaba su equipo. El Lyon parecía que acababa de tirar la eliminatoria, después de conceder dos goles en su campo en un lapso de cinco minutos.
El 1-3 obligaba al Lyon a empatar a tres el partido para pasar, y Mariano aceptó el desafío. Seis minutos después de encajar el 1-3, remató en boca de gol un centro al área de Traoré.
Demostró una vez más su instinto goleador, su hambre, su voracidad, más bien. Ni lo celebró. Cogió el balón, arengó a la grada y corrió al círculo central para seguir jugando.
Lo intentó los veinte minutos, largos, que le quedaban al partido, pero el milagro no se produjo, y Mariano, con ese gol, dijo adiós a su aventura europea por esta temporada.
15 de marzo de 2018