"Yo disparé en Cornellà. Llevaba una pistola de fogueo. No puse en peligro a nadie, pero lamento haberlo hecho", afirmó en la entrevista cojeando, ya que varios aficionados se abalanzaron sobre él para reducirlo.
"Creo recordar que era la silla 12 de la fila 11", describe sobre la entrada que compró por 153 euros para acudir solo al estadio.
José Manuel explicó que, tras el gol de Luis Suárez, se quitó la camiseta del Barcelona que llevaba como segunda prensa y la mostró como hizo Messi en el Bernabéu tras el 2-3.
"Mi gesto no gustó a los radicales del Espanyol, que estaban cerca y comenzaron a lanzar insultos. Recuerdo que un grupo de unos 40 saltó de su zona a la mía. Iban a por mí. Temí por mi vida y saqué el arma", explicó.
"Los encañoné y disparé dos veces. Como la pistola, una 38 automática negra, era de fogueo nadie sufrió daños. Pero ellos no lo sabían y huyeron. La gente de alrededor se asustó. Me redujeron", agregó.
"Llegaron los agentes de seguridad que me inmovilizaron y me llevaron a un pasillo interior, junto a un bar, donde me entregaron a los Mossos", añadió el aficionado 'culé'.
No tuvo problemas para meter la pistola en el estadio: "Me registraron la mochila que llevaba pero no me cachearon. Llevaba la pistola escondida entre el ombligo y el pantalón. Ahora debo presentarme dos veces al mes y ya tengo una orden de alejamiento de los estadios de fútbol y de cualquier espectáculo público".
Pérez Díaz admitió que se había tomado unos chupitos, algo que está contraindicado si lo mezcla con la fuerte medicación que toma contra la depresión crónica que sufre, pero aclaró que tiene permiso para llevar el arma.
"Debo presentarme dos veces al mes y ya tengo una orden de alejamiento de los estadios de fútbol y de cualquier espectáculo público", explicó.
Sin embargo, el Espanyol ha desmentido la versión del aficionado azulgrana y explicó que los hecho no se produjeron exactamente como cuenta. El club afirma que fue reducido por dos aficionados del club blanquiazul que, casualmente, eran mossos fuera de servicio viendo el encuentro a su lado.
"Los dos seguidores, al ver el arma, se avalanzaron contra él, lo redujeron y lo entregaron a los servicios de seguridad del estadio", explicó el club, que aseguró que iba "completamente bebido" y provocando desde mucho antes de que empezara el partido, insultando a los pericos. Además, afirma que los hechos ocurrieron antes del primer gol, a los pocos minutos de comenzar el segundo tiempo.