La 2017-18 está siendo una temporada un tanto atípica en el fútbol europeo. En España, como en Francia o Inglaterra, la Liga parece totalmente sentenciada e incluso en otros países, como en Alemania, ya se ha celebrado el título. Sólo Juventus y Nápoles parecen librar una batalla igualada en los últimos compases del campeonato, aunque la 'vecchia signora' ha comenzado a imponer su ritmo en los últimos meses y los napolitanos se mantienen con vida a duras penas a la espera del enfrentamiento entre ambos de Turín.
Y si las ligas nacionales parecen completamente sentenciadas, no sucede algo muy diferente en la eliminatoria de cuartos de final de la Champions. Los partidos de ida, que se preveían emocionantes, lo dejaron todo prácticamente resuelto para la vuelta.
Para empezar, con un Real Madrid que arrasó a la Juventus en Turín y que, en el proceso, se libró del mejor hombre de los 'bianconeros' para el partido de vuelta con la roja a Paulo Dybala en el Juventus Stadium.
También lo tendrá fácil el Bayern, que no lleva un resultado muy abultado para el partido de vuelta, pero que ganó por 1-2 al Sevilla con remontada incluida y que sólo tendrá que defender en casa en la vuelta la ventaja cosechada en el Sánchez Pizjuán.
Los enfrentamientos del pasado miércoles no fueron diferentes. La Roma apretó, pero fue aplastada por el Barcelona con un contundente 4-1 y el Liverpool pegó la gran sorpresa, goleando a un Manchester City que tiene la remontada casi imposible tras el 3-0 de la ida.
Hace un año, Atlético y Leicester tenían que jugarse el pase a semifinales en la vuelta tras el 1-0 del Calderón y, a excepción de la del Barcelona, goleado en la ida por 3-0 por la Juventus, ninguna eliminatoria parecía del todo sentenciada. Tanto Mónaco como Real Madrid habían calcado en la ida el resultado del Bayern ante el Sevilla, pero ambas eliminatorias parecían abiertas por la entidad y el fútbol que estaba mostrando entonces el rival.
Si los monegascos acabaron confirmando su superioridad en el Principado, al derrotar por 3-1 al Borussia, al Real Madrid le costó bastante, pues el Bayern fue capaz de forzar la prórroga en el Bernabéu, aunque, con un hombre menos y polémica, acabó claudicando ante el que a la postre sería el futuro campeón.
Si echamos la vista más atrás, a la 2015-16, descubrimos que los cuatro partidos de cuartos de final estaban abiertos para la vuelta. El Barcelona se había impuesto al Atlético (2-1), pero caería en el Calderón (2-0); el Bayern había hecho lo propio con el Benfica (1-0) y se colaría en semifinales tras empatar en Portugal (2-2); PSG y Manchester City habían empatado en París (2-2) y los celestes derrotarían en casa a los franceses en la vuelta (1-0); y en el último choque de cuartos de final, el Wolfsburgo parecía tener la sartén por el mango ante el Real Madrid (2-0), pero los blancos remontaron en la vuelta con un 'hat trick' de Cristiano (3-0).
Una igualdad de cuartos que también existió en la 2014-15, cuando el único equipo que sentenció el pase en la ida fue el Barcelona, que derrotó por 1-3 al PSG en Francia. Ni Atlético y Real Madrid (0-0 en la ida y 1-0 en la vuelta), ni Juventus y Mónaco (1-0 en la ida y 0-0 en la vuelta), ni Oporto y Bayern (3-1 en la ida y remontada bávara con 6-1 en la vuelta) habían sido capaces de encarrilar el pase a semifinales en la ida.
Por tanto, estamos a priori ante los cuartos de final menos emocionantes de los últimos años en Europa. Claro que, visto lo visto el año pasado, nadie puede descartar una remontada histórica 'a lo Barcelona' que lo cambie todo en cuestión de 90 minutos.