Como cada año, la final de la Copa del Rey supone un problema para todos sus protagonistas. Los dos clubes clasificados, además de la Federación, tienen que lidiar con una serie de asuntos por resolver que dejan en un segundo plano lo deportivo.
Uno que parecía solucionado ha pasado a ser el primer quebradero de cabeza. Y es que el Barça no quiere fijar el encuentro para el 21 de abril, según el citado medio.
La entidad azulgrana basaría su queja en la posible aglomeración de partidos para esas fechas. Si los de Valverde continuasen en la Champions, podrían tener hasta nueve partidos entre Europa y LaLiga. Mientras, y de forma preventiva, el Sevilla ya habría comunicado su rechazo a cambiar de fecha.
Además, encontramos el inconveniente clásico y habitual cada año por estas fechas de la sede de la final. A diferencia de otros países, en España no se decide previamente el estadio que acogerá el duelo decisivo de la Copa, por lo que ahora le toca a la RFEF tomar una decisión. Y lo hará público el próximo lunes 12.
El Sevilla, por boca de su presidente José Castro, vería con buenos ojos jugar el choque en tierras hispalenses. Lógico. El Pizjuán o La Cartuja fueron las alternativas que dio el mandamás rojiblanco, algo que Valverde ya admitió que no le haría gracia.