Para el guardameta, lo que ocurrió en Roma el pasado martes fue una demostración de fútbol ante uno de los equipos más importantes de Europa: "Le dimos una lección al Barcelona. Fue una noche histórica para el club y me siento muy honrado de haber participado en ella. La ciudad aún lo sigue celebrando. Vi el partido esa misma noche de nuevo. No me dormí hasta las 5 de la madrugada".
Para Alisson, la remontada no fue algo que llegó por sorpresa, ya que días antes al partido se veían capaces de lograrla: "Fue difícil. Volvimos a ver el partido de ida y vimos que podíamos remontar. La única diferencia entre nosotros y ellos era Messi. Sabíamos que teníamos que estar a tope. En la ida les dejamos jugar un poco más porque estaban en casa, pero no merecimos el 4-1".
"Tuvimos mala suerte en el partido de ida por los dos goles en propia puerta, pero todos confiábamos en que podíamos remontar. El Barça no tuvo ninguna oportunidad en la vuelta. Nosotros pudimos hacer más de tres. Fue increíble para el club y para los aficionados", sentenció.
La Roma, aún de resaca europea, conoció esta misma mañana a su rival en semifinales, el Liverpool de Klopp y Mohamed Salah. De ese partido saldrá un equipo que se enfrentará a Bayern o Real Madrid para luchar por el título.