"El fútbol está perdiendo el brillo que me hizo querer ser jugador de fútbol. Es un negocio, cada vez me gusta menos", declaró Alves al citado medio.
El lateral del PSG y la Selección Brasileña agradeció que su hijo no siga su deporte. La semana pasada se enfadó porque le captaron pegándole supuestamente un moco a Cristiano. "Eso es de bobos", dijo.
"Gracias a Dios que mi hijo no sigue el fútbol, porque esto está perdiendo la esencia que me hizo querer ser jugador. Todo lo que hay alrededor ha cambiado. Es una estupidez sin límite", se quejó.
Alves ha estado en el punto de mira en los últimos días por sus palabras sobre Davide Astori, capitán de la FIorentina repentinamente fallecido, así como por otros acontecimientos, como su defensa de Neymar.