No se retira un hijo del fútbol todos los días. Y menos, junto a su hermano. Y si encima es Don Pablo Aimar, la ecuación no puede dar otro resultado que la emoción.
Payo no pudo contener las lágrimas en el Estadio Ciudad Río de Cuarto al ver por última vez a su hijo mayor sobre un terreno de juego. Ni el mismísimo Bielsa se lo quiso perder.
24 de enero de 2018