El proyecto está en fase inicial de debate, según pudo confirmar EFE, y es probable que sea tratado en marzo próximo durante la reunión del Consejo de la FIFA en Bogotá. La iniciativa invitaría a participar a las 223 asociaciones que integran la FIFA y extendería la nueva Liga de Naciones europea al resto del mundo.
Las selecciones quedarían agrupadas en siete divisiones según el ránking de la FIFA y cada confederación llevaría a cabo su propia fase de clasificación con promoción y descenso cada dos años.
Los primeros minitorneos, que se podrían disputar durante una semana en diferentes países, arrancarían en 2021 y la idea contempla que en los torneos finales compitan tres selecciones europeas, dos de Sudamérica y uno de África, Asia y Concacaf (América Central y del Norte).
La idea es que las selecciones nacionales puedan competir contra rivales de un nivel similar en lugar de jugar amistosos con escaso interés para los aficionados y los medios de comunicación y aprovechar las fechas reservadas en el calendario de la FIFA para que los clubs liberen a sus jugadores para acudir a su selección.
También permitiría que países que difícilmente tienen opción de clasificarse para el Mundial dispongan de una posibilidad real de competir por un trofeo y un premio económico si logran clasificarse para la fase final.
De ser puesta en marcha la competición, se podrían disputar encuentros de competición oficial entre la celebración de un mundial y otro entre selecciones como España y Argentina o Brasil.
De salir adelante el proyecto, se prevé que podría inaugurarse en junio de 2021, ya que la continuidad de la Copa de las Confederaciones no está del todo clara, según indicaron a EFE fuentes próximas a la negociación.