Parecía inimaginable lo que Anoeta presenció. El Atlético de Madrid acabó hecho trizas, deslavazado, ante una Real Sociedad que le hizo vudú, le fue dando rejonazos desde el minuto 1 hasta dejarlo de rodillas, roto y con cara de incomprensión sobre el césped. Cuesta verlo, pero Simeone se llevó uno de los meneos más serios desde que está en el banquillo 'colchonero'.
El martillo pilón realista comenzó con una actitud valiente y ambiciosa, fruto del perfecto lavado de cerebro que ha practicado Imanol con este equipo. Tres victorias seguidas y cuatro partidos sin encajar gol han quitado todo los corsés que atenazaban a esta talentosa plantilla.
Januzaj es la viva imagen de ello. Menudo partidazo cuajó el belga, puede que el mejor desde que está en España. Avanzó por el perfil derecho, en primera y segunda mitad, como si llevara el martillo de Thor en la bota derecha. Imparable por todo el que se le puso delante, aportó a los locales altas dosis de atrevimiento.
Buen latigazo
De sus botas nació el 1-0, participó en otro y pudieron haberlo sido muchos más. El 1-0 parecía una aventura alocada por la banda, pero acabó poniendo una bomba en el corazón del área. Allí Willian José rizó el rizo, que es la única manera de dejar a Oblak sin opciones: tiro fuerte y seco tan ajustado que tocó en la cepa del poste antes de entrar.
Por entonces, a poco para el descanso, aún no era un baño en condiciones, pero sí el premio para un equipo intenso, eléctrico y descarado.
Debió preocuparse en serio Simeone, que a los 56 minutos completó dos cambios muy ofensivos: Torres por Correa, Vitolo por Juanfran. Su intento dio más presencia arriba, pero también invitó a la Real a sacar colmillo. Y ahí empezó a reventar al Atlético de Madrid, con Saúl de falso lateral zurdo y muchos preguntándose dónde colocarse.
Los cambios de Imanol, de hecho, engrandecieron más a los suyos. Zurutuza fue un metrónomo para el recital de contras donostiarras y Juanmi trajo lo que siempre lleva en los bolsillos, goles a espuertas.
Barra libre
Tras varios amagos de 'knocked out', llegó el 2-0 de la calma y la justicia. En un gol de Disney. Willian José se inventó una asistencia de espuela que rompió la zaga 'colchonera'. Juanmi, el ratón, el más listo de la clase, sí esperaba algo así. Caminó por la cornisa, como siempre hace para romper el fuera de juego, y tiró de inteligencia ante Oblak, pues redució su envergadura a la nada buscándole las cosquillas en vaselina.
Vibraba Anoeta, había miradas perdidas rojiblancas. Pero quedaba otra más. Y también preciosa. De nuevo rápida triangulación, la tónica de la tarde-noche, y Juanmi definió de nuevo por encima de Oblak, esta vez con un cabezazo al segundo palo.
No es fácil hacerle tres goles al esloveno, y menos un doblete el mismo futbolista. Juanmi, que no entiende de listones, lo consiguió en 12 minutos, cuando Imanol sólo le había dado 20. Pero ese fue el último movimiento de maestro de Imanol, que dejó a Simeone tirado por el tablero de ajedrez.