Uno de los bonitos gestos que tuvieron en recuerdo a las víctimas fue la intención de construir un monumento en su honor. De momento, ni rastro del mismo.
Tampoco se ha arreglado la carretera de siete kilómetros que une el casco urbano y el camino de Pantalio y en la que cayeron muchos de los restos del avión accidentado. Un año más tarde, su estado es aún peor.
Otra de las promesas incumplidas ha tenido que ver con el cuerpo de bomberos. Fue el primero en personarse en el lugar del suceso, luchó por salvar hasta seis vidas y, por ello, iban a recompensarlo. Se les prometió a los bomberos de La Unión un camión y una ambulancia que, a día de hoy, siguen siendo un simple proyecto en el aire.