Y, como no podía ser de otra manera, la locura en el vestuario era máxima. Los jugadores no pararon de bailar, cantar y festejar en su propio estadio. Pero, una vez terminaron de celebrar el título en la sala de vestuarios, los jugadores trasladaron su alegría a la rueda de prensa.
Conscientes de que su entrenador, Leonardo Jardim, se encontraba atendiendo a los medios, la plantilla al completo, comandada por Mbappé, la revelación de la temporada, se pusieron en camino hacia allí y, en cuanto vieron al técnico, le bañaron con un cubo lleno de bebida.
Jardim se quedó en el lugar y recibió un baño aún mayor. Zumo, agua, hielos... todo le cayó mientras los suyos cantaban y bailaban.