El anuncio que usó Ernest Shackleton para la expedición que encabezó en 1914 no fue un elaborado ejercicio de márketing, pero 27 hombres se sintieron atraídos por él:
"Se buscan hombres para viaje arriesgado. Poco sueldo, mucho frío. Largos meses de oscuridad total. Peligro constante. Regreso a salvo dudoso. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
Nos ubicamos en plena 'era de los descubrimientos'. En 1911, Roald Amundsen logró llegar al Polo Sur, por lo que, Ernest Shackleton se propuso atravesar el continente antártico. En total, 2.900 kilómetros, y la mitad del trayecto, entre el mar de Weddell y el Polo Sur, aún estaba sin explorar, por lo que no sabían lo que les esperaba.
En agosto de 1914, los 27 expedicionarios zarparon desde Inglaterra, concretamente desde el puerto de Plymouth. El objetivo estaba claro y los hombres preparados. De lograr tal hazaña, lo harían, o querían hacerlo, a bordo del 'Endurance', pero, tras unos meses de travesía, quedaron atrapados en el hielo sin que nadie supiese su ubicación.
Muchos meses estuvieron en mitad de la nada. Se organizaron muchísimas actividades para que los expedicionarios estuvieran entretenidos. Pero la principal, era la de jugar a un deporte que comenzaba a escribir su historia, el fútbol.
Se disputaron muchos partidos sobre el hielo, varios de ellos documentados por el fotógrafo Frank Hurley, que estaba entre los 27 hombres que decidieron tomar parte de la expedición.
Tres años después, y aunque parezca increíble si tenemos en cuenta todo por lo que pasaron, regresaron todos los tripulantes de una pieza.
Eso sí, el mundo, que se partía en pedazos por culpa de la Primera Guerra Mundial, cambió para siempre mientras que, para ellos, el planeta se había congelado en mitad de la nada.