Durante muchos meses del pasado 2017, Isco fue el ancla sobre el que se sostuvo el Madrid. Su virtuoso talento sacó a su equipo en varias ocasiones del apuro. Partidos imborrables del malagueño, que ha sido capital siempre y cuando la 'bbc' no ha estado sana.
Porque con Bale, Benzema y Cristiano a pleno rendimiento, Zidane no tiene dudas: la 'bbc' es titular. Y ahí, con la terna de 'cracks' sobre el tapete, el técnico galo se ve casi obligado a regresar al 4-3-3 que tantas dudas ha vertido siempre.
Un esquema que sitúa por norma general a Casemiro, Modric y Kroos por detrás. El brasileño es insustituible, mientras que el croata y el alemán son los futbolistas sobre los que se cimenta la creación de fútbol.
Entonces, ¿qué pasa con Isco? "Va a tener problemas", dijo Valdano recientemente. Y no le falta razón al argentino, más allá de las alabanzas de Zidane con su futbolista.
Porque la realidad dicta que Isco, siempre que el 4-3-3 esté en funcionamiento, se acerca más al banquillo que al once titular. Incomprensible dado su talento, pero real como la vida misma.
Calidad le sobra para adaptarse a cualquier esquema, pero todavía no ha conseguido los galones suficientes para sentar a las vacas sagradas. Con toda la plantilla sana, Isco siempre vuelve al punto de partida. La cuestión es hasta cuándo.