Isco volvió a su parque, ese sitio donde jugaba y despuntaba siendo un chiquillo. El '22' madridista pasó dos temporadas en el Málaga y dejó muy buenos recuerdos y momentos.
Para la historia quedará su tanto ante el Oporto, un auténtico golazo que sirvió para clasificar a los blanquiazules a los cuartos de final de la Champions League en su primera participación.
En La Rosaleda apuntó maneras, ganó el Golden Boy y se hizo mayor. Llegó al equipo de su tierra con apenas 20 años y se ganó a a La Rosaleda a base de talento y sentimiento.
Su última temporada en Málaga fue para enmarcar y recibió la llamada del Real Madrid, equipo en el que lleva cinco temporadas con bastantes altibajos. Aunque su calidad nunca ha sido cuestión de debate.
Abril está siendo un mes muy especial para el malagueño, que está jugando los partidos más cruciales en Liga y Champions. Zidane le da galones y él responde. Isco sacó su técnica a relucir en el minuto 29. Falta a la frontal del área y el malagueño marcó su primer tanto de libre directo tras siete intentos.
12 minutos después, el malagueño volvía a ser protagonista, pero esta vez por el humor de La Rosaleda. Una falta a favor de los locales arrancó los gritos de "Isco, tírala" en las gradas del templo costasoleño.
Y el encuentro del ex malaguista no quedó ahí. El segundo tanto del Real Madrid, obra de Casemiro, fue a pase suyo. Benzema habilitó a Isco, que prefirió, solo ante Roberto, dejarle el tanto en bandeja a Casemiro antes que rematar a portería. Fue cambiado por Mayoral y aplaudido por La Rosaleda en el 72'.
La magia que tiene el de Arroyo de la Miel fue vista por primera vez en La Rosaleda, un estadio que fue su hogar y que le vio crecer, jugar y ganarse un puesto entre los mejores mediocampistas de Europa.