El Real Madrid ofreció un recital blanco que muy pocos recordaban en lo que va de temporada. Un recital que se metió en las venas madridistas como un chute de confianza, un recital motivante para encarar el duelo de Champions ante el PSG con la moral por las nubes.
45 minutos para soñar, para creer en una Champions League que llena de ilusión los corazones blancos. Un Bernabéu esperanzado en el despertar de su equipo despidió al descanso a sus hombres con una cerrada ovación que hacía mucho tiempo que no se escuchaba en la 'casa blanca'.
Una primera mitad de un Madrid resucitado ante una Real Sociedad que fue la víctima de todos los amargos sabores de boca, todas las desilusiones y todas las derrotas que últimamente venían azotando a los de Zidane.
Desde que 'Zizou' elaboró el once, el Real Madrid salió lanzado desde el túnel de vestuarios. Antes incluso de que rodara el balón, el cambio ya se notaba. Porque anoche Asensio y Lucas Vázquez fueron los elegidos en lugar de Casemiro y Gareth Bale. Y se notó.
El Madrid salió con un plus de velocidad y agresividad, derrochando pases medidos al pie y asistencias que cruzaban de punta a punta el Santiago Bernabéu y de las que se benefició, hasta en tres ocasiones, Cristiano Ronaldo.
45 minutos para soñar que aterrizaron en París en forma de aviso, para que el próximo 14 de febrero el Real Madrid salga ante el París Saint-Germain con un punto a su favor: el de la ilusión renovada.