"Me gustó mucho el partido. Pese al empate, salimos contentos de aquí. Podriamos haber ganado, pero, incluso perdiendo, habríamos hecho un gran partido", espetó con orgullo el seleccionador español.
Alemania y España rindieron tributo al fútbol, en una oda al juego asociativo de posesión, tratando de desnudar a su rival con la pelota, hilvanando ocasiones con elegancia y esmero.
Tras la transición fallida de Del Bosque, Julen Lopetegui cogió las riendas y trabajó para recuperar el sino que había coronado a España en el fútbol mundial, sumando dos Eurocopas y una Copa del Mundo.
Diluído el sello característico por la horfandad que dejaron los Xavi, Alonso, Villa y cía, el ex seleccionador de la Sub 21 apostó por la regeneración con futbolistas a los que había forjado en su anterior etapa.
Ante Alemania, Iniesta volvió a exhibir su talento, ninguneando a los de Löw con insultante superioridad, arropado por la nueva camada liderada por Isco, Koke, Saúl, Asensio y a la que ahora se ha unido Rodrigo.
Asimismo, sin Busquets, Lopetegui hizo debutar a Rodri, pivote llamado a relevar al centrocampista del Barcelona en el futuro, por el que el Atlético de Madrid se apresuró a cerrar para el próximo verano.
Aunque Müller abanderó el pundonor histórico de Alemania, España presentó su candidatura en Düsseldorf a pocos meses de que comience a rodar el balón en Rusia, donde ya sueñan con alzar el Mundial.