España le acomoda la corona a Alemania

Los favoritismos pesan en el fútbol. El combinado de Albert Celades llegaba con toda la responsabilidad a Cracovia, mientras que Alemania, una selección que tan sólo ganó dos de sus cuatro partidos en la competición, se presentaba como una opción más remota a gobernar en el Viejo Continente. Pero el balón habla sobre el campo y en ese escenario fueron mejores los germanos.

Si bien es cierto que España tuvo momentos de lucidez que recordaron a la mejor versión del cuadro que ha enamorado a Europa durante el torneo, Stefan Kuntiz, el seleccionador alemán, preparó un antídoto para combatir el veneno de las picaduras de los jugones de la 'Rojita', que estuvieron desactivados durante toda la primera mitad.

Ante la presión alta y ordenada de los germanos, el combinado español comenzó a sufrir desde bien temprano. El agobio se trasladaba desde atrás hacia delante. Tan solo Bellerín, por banda derecha, y Saúl, por el centro, le daban algo de aire a la peor España de todo el campeonato.

Kepa se encargó de salvaguardar las esperanzas de España durante la primera mitad, que pudo acabar en sentencia teutona de no haber sido por él. También le acompañó la ayuda divina de su palo derecho, que repelió un disparo de Meyer antes del primer cuarto de hora del choque.

Ida y vuelta con billete a Alemania

Con 0-0 en el marcador, el partido se tornó en un toma y daca que siempre acababa con Alemania disfrutando de las mejores ocasiones. Hubo huecos, hubo transiciones largas y también presencia en ambas áreas, pero el peligro siempre llegaba por parte del equipo de Kuntiz.

En uno de los incontables ataques alemanes llegó el único gol del encuentro, firmado por Weiser. El centrocampista aprovechó un balón servido de Toljan desde la banda derecha, superando, mediante un cabezazo tan certero como fortuito, a Kepa.

De cabeza contra un muro

La segunda mitad fue un calco de lo visto anteriormente. Si bien España mejoró notablemente en ataque, Alemania lo hizo en defensa. Su centro del campo se blindó y se hizo más sólido gracias al posicionamiento de Meyer y Arnold, que retrasaron sus líneas.

Conscientes de que el cuadro que actuaba como local flojeaba a balón parado, España buscó continuamente los córners y las jugadas ensayadas, pero se toparon con un Stark que asumió galones en el centro de la zaga y despejó lo indespejable para que la 'Rojita' no acabara forzando la prórroga.

Cuando más cerca estuvo del gol España, paradógicamente, fue en los últimos compases. Allí, Ceballos, Asensio y Deulofeu se decidieron asediar la muralla alemana sin éxito. Celades y los suyos pagaron los errores de la primera mitad y Alemania se coronó, con total merecimiento, como campeona de Europa.