"No me invitó, pero yo fui", empieza la mítica canción de Mecano. No estaba invitado el United a la fiesta del City, en todo caso su papel era ser convidado de piedra. Tras el 2-0, en el Etihad ya se relamían. Que viene la Copa. "Allí me colé y en tu fiesta me planté". Guardiola se quedó sin sandwiches, sin cerveza, sin tarta: todo se lo comieron Mourinho y sus muchachos.
En el bando 'red devil', dos especialmente hambrientos: Alexis Sánchez y Paul Pogba. Tras una primera parte de absoluta indiferencia, ambos le pegaron una patada a la puerta y aguaron el festión del City. Contaron con Smalling, el tercero en discordia, el autor del definitivo 2-3.
Un desenlace imprevisible a tenor de lo visto en la primera mitad. El City bailó, meneó, bañó al United. Si Raheem Sterling hubiese estado atinado, no habría extrañado un 5-0 al descanso. Gundogan la pegó en el palo nada más empezar la segunda mitad. Y el City, del 3-0 al 2-3 en apenas 15 minutos. Otra locura 'made in' de Premier League.
Tras unos 20 minutos de contención, Kompany abrió la espita al rematar un córner. Bernardo Silva, Sané el mencionado Sterling y David Silva empezaron a acuchillar la lona del United. Gundogan, tras una maniobra de bailarín en el área, puso el 2-0. Sterling falló tres seguidas, dos de ellas solo ante De Gea.
En la segunda parte, tras el tiro a la cruceta de Gundogan, el conjunto de Mourinho compareció en el partido. Alexis levantó polvareda por la derecha y Pogba, tras pase de pecho de Herrera, recortó distancias. Un Pogba que no había dado señales en los primeros 45 minutos.
El City sufrió el mismo apagón que contra el Liverpool: paso atrás y temblor de piernas de los centrales. Así llegó en dos pestañeos el 2-2, obra del ex de la Juventus de cabeza tras un servicio de Alexis.
La victoria daba el título matemático al City, no así el empate. Preguntándose qué había ocurrido, llegó el tercer golpe de Smalling. El United era otro en la segunda parte: un equipo vigoroso, con las ideas claras, con capacidad para dañar al rival. Tardó, pero José Mourinho encontró la forma de robar los cuadros en el hogar de Pep.
Guardiola metió a Agüero, Gabriel Jesus y Kevin De Bruyne. Mejoraron los 'citizens' y Atkison no vio un claro penalti de Young sobre el 'Kun'. Tampoco entró otro palo del 'Kun'. El título de Premier tendrá que esperar: el United chafó la celebración del City.