La afición del West Ham está hastiada, y así se lo hizo saber al club el pasado sábado. El partido ante el Burnley, que concluyó 0-3 para los 'clarets', se vio interrupido en su recta final cuando varios aficionados 'hammers' invadieron la cancha.
Su paciencia se había agotado, y fueron a recriminar a varios jugadores su actitud, pero también a protestar contra la gestión de la directiva.
Ahora, amenazados por una posible sanción que obligue a jugar al West Ham como local a puerta cerrada, el temor de la directiva es que las protestas se multipliquen.
Las malas temporadas se suceden en el West Ham y no hay síntomas de mejora pese a la inversión de cada verano, y la paciencia de muchos se ha terminado.
Dice el 'Mirror' que la directiva 'hammer' estaría barajando informes que hablan de una nueva protesta planificada para el próximo encuentro como locales por parte de los hinchas más violentos del club.