El primer paso hacia los cuartos de final de la Copa del Rey lo dio el Leganés en un partido que no fue de lo más vistoso. El equipo 'pepinero' le dejó un agrio sabor de boca a un Villarreal que no encontró fisura en la solidaridad del equipo madrileño. Unal falló las más claras del equipo castellonense.
El Leganés comenzó con chispa la cita: presión alta y asfixiando a un Villarreal que poco a poco se fue haciendo dueño del juego. El peligro del conjunto amarillo se volcó hacia la banda de Cheryshev, que se agotó dándole pases de la muerte a un Unal que desperdició cada ocasión que rondaba la portería de Champagne.
Una primera parte descafeinada acabó con un disparo a las nubes de Amrabat y con Champagne doliéndose de un golpe de Unal, que no llegó por poco a un balón peligroso porque Siovas metió el alma y la bota para eliminar todo rastro de peligro.
En la segunda parte fue el Leganés el que tomó el timón del encuentro en los primeros minutos. Amrabat se llenó de fuerza y potencia para medirse a Pau Torres, que lo intentó todo para frenar al marroquí. No fue posible.
Amrabat pisó el área y logró disparar. La suerte llegó hasta un marcador que sufrió una avería, pero el tanto subió en la tarjeta del colegiado. Con suerte, el cuero entró llorando después de que tocara en la mano de Barbosa. El delantero tuvo que abandonar el terreno de juego minutos más tarde con dolencias en el costado izquierdo. Fue el rey que le regaló la sonrisa al Leganés y acabó yéndose como vino.
Poco después, Unal estrelló el balón en el lateral de la red en la ocasión más clara del 'submarino amarillo'. Con el error llegaron las lamentaciones. El Villarreal se hizo con la posesión porque el Leganés se centró en defender con uñas y dientes el único gol de la tarde.
Raba también pudo hacer el empate después de que Castillejo le pusiera un balón elevado con placer y maestría. Tampoco fue esta. Pitido final y el Leganés empieza pisando fuerte en los octavos la Copa del Rey tras vencer al Villarreal por la mínima en Butarque.