Queda luchar, dignificar el escudo, respetar al aficionado que seguirá yendo a La Rosaleda. Sobre el campo, aunque luego no se traduzca en permanencia, resta mucho por hacer. En las oficinas, no obstante, han de preocuparse por ir configurando ya un proyecto ganador que, a ser posible, devuelva al club al estatus que ha mantenido durante una década consecutiva.
Y lo primero en esa difícil misión es elegir quién comandará la nave. José González abandonará Martiricos al término de esta campaña. Y el perfil que se busca es bien claro: un técnico conocedor de la categoría y experto en lograr ascensos.
Muñiz no sólo encaja en ese prototipo, es que ya subió al Málaga y tiene una conexión tremenda con el club y la ciudad. Posee casa aquí, viene cada vez que los rigores del banquillo se lo permiten y, como él mismo admite en círculos privados, está condenado a regresar a la entidad.
¿Cuarta etapa?
Sería la cuarta vez que abriera un capítulo aquí. La primera fue fugaz, en la campaña 03-04 como segundo de Juande Ramos.
La intensidad real comenzó en la 06-07, cuando vino, también en la categoría de plata, para rehacer el entuerto que había dejado Marcos Alonso. Justo su llegada coincidió con la acogida a la Ley Concursal y un panorama excesivamente revuelto. Demasiado tuvo con mantener al equipo en la categoría.
Bien distinta fue la siguiente, en la que mostró también sus dotes como director deportivo. Hacer doblete le permitió configurar una plantilla a su antojo que le permitió descubrir y propulsar a jugadores como Eliseu, Weligton, Apoño o Baha, quienes luego hicieron carrera en la élite.
Tras abandonar el proyecto por el Racing, el Málaga pensó nuevamente en él en verano de 2009 para tomar el relevo de Antonio Tapia y sacar adelante un curso difícil, con numerosos canteranos.
Paradoja con el jeque
Precisamente, aquella sufrida permanencia, que llegó en la última jornada empatando contra el Madrid de Pellegrini, permitió que el presidente, Fernando Sanz, formalizara la compraventa de sus acciones al actual propietario, Abdullah Al-Thani, pues en Segunda no le interesaba el proyecto.
E, ironías de la vida, la primera determinación del jeque fue sustituir a Juan Ramón Muñiz en el banquillo para dárselo a Jesualdo Ferreira. Ahora es el hombre mejor colocado para devolver al sitio que merece.
Si es por vinculación y ganas, no hay nada que pensar por parte del entrenador asturiano. No obstante, hay mucho que definir en el futuro del equipo, sobre todo en cuanto a configuración y posibilidades económicas, y ahí está la miga de la negociación.
Otro de los nombres que gusta mucho a Husillos es el de Rubi, aunque ahora mismo anda centrado en el ascenso con el Huesca y parece que, en caso de salir, el Espanyol ya tendría avanzada su llegada.