Con sus más de 40 años, Király se convirtió en el futbolista más veterano que jugó en una Eurocopa, y sus pantalones grises, parecidos a un pijama, generaron muchos comentarios y hasta moda, no solo en Hungría, sino también en el extranjero.
De hecho, el museo Savaria de Szombathely (Hungría), expuso por una noche los emblemáticos pantalones grises del guardameta húngaro. Pues bien, la historia de la mítica prenda continuá.
Y es que su hijo, Matyas Király, de 13 años, también usa pantalones largos para jugar al fútbol y da la casualidad que es portero. Él espera tener la misma carrera que su padre y ya está empezando a destacar en las categorías inferiores del Szombathelyi Haladás.
Muchos ya ven al pequeño como un digno sucesor de su padre, que continuará con el legado de la prenda más carismática del portero húngaro.