Los antecedentes muestran casi un 77 % de opciones de que los blancos certifiquen lo que empezaron a apuntalar en la ida, pero no siempre los datos y la lógica se imponen en el fútbol.
Hace 25 años, en París vivieron una de las noches más mágicas que se recuerdan con una pelota como protagonista. Tras el 3-1 con el que hincaron la rodilla Madrid, el Parque de los Príncipes no imaginaba lo que le esperaba en la vuelta.
La remontada se fraguó en 16 minutos. Weah marcó el 1-0 a los 35 minutos, pero hasta la recta final no habría más cambios en el marcador. En el 80', Ginola hizo el 2-0 y en el 89' se amplió la ventaja para los locales.
Sin embargo, el descuento estaría aún minado de sorpresas. Cuando las gradas eran una fiesta, Zamorano marcó el 3-1 que volvía a igualar la eliminatoria.
Pero ahí apareció Kombouaré. El de Nueva Caledonia vivió su mayor hazaña al hacer el 4-1 definitivo en el minuto 96, reiniciando el jolgorio de la hinchada. "Fue como mi Copa del Mundo", llegó a decir el héroe del PSG en alguna ocasión.
Aquel choque quedó para la historia del fútbol galo. Thierry Henry ha asegurado en varias ocasiones que tiene aquel encuentro grabado en la mente: "Fue el partido más bonito que he visto en mi vida".
En la capital de Francia, los más optimistas, ya esperan que se repita una noche con la que algún madridista seguro que ha vuelto a tener pesadillas 25 años después.
5 de marzo de 2018