En 2003, el FC Barcelona penaba al tiempo que el Real Madrid de los Galácticos tiranizaba España y en Europa. Años convulsos a nivel deportivo e institucional devinieron en elecciones anticipadas. Joan Gaspart las convocó... y las ganó un joven Joan Laporta.
El golpe de efecto de Laporta, de primeras, no fue Ronaldinho. Era David Beckham, estrella del United y gran tótem mediático. Laporta lo apalabró, el United apretó y finalmente se lo llevó el Madrid. Fue el fichaje estrella de los blancos.
Poco después, un artista brasileño campeón del mundo un año antes arribaba en el Barcelona. Ronaldinho, con esa sonrisa prominente, los piños salidos y su famoso saludo surfero, hacía acto de presencia. Aire fresco para un club viciado.
La primera mitad del curso fue compleja, el Barcelona no logró hilar fútbol, cayó con estrépito en varios campos (5-1 en La Rosaleda, por ejemplo) y la crisis se instaló en el Camp Nou. Llegó Edgard Davids en enero, Ronadinho se liberó del todo... y cerca estuvo el Barcelona de ganar LaLiga al tiempo que el Madrid se despeñaba. El título fue para el Valencia.
16 de enero de 2018
Laporta le mejoró ostensiblemente la plantilla a Frank Rijkaard ese verano de 2004. Llegaron Samuel Eto'o, Deco, Ludovic Giuly... y el conjunto azulgrana se destapó con un fútbol ofensivo que se convirtió en la envidia de Europa. Sólo el Chelsea de José Mourinho impidió ese año que ganara la Champions. En la 05-06 ya no hubo obstáculos: reyes de Europa frente al Arsenal de Henry y Wenger.
Ronaldinho, empañado de trofeos de Liga, Champions, Balón de Oro y actuaciones memorables, se dejó ir. Su rendimiento no se acercó ni de lejos al mostrado hasta entonces y dos años después acabó en el Milan. La historia es conocida.
Más allá de la eterna duda de lo que habría sido 'Dinho' si hubiese querido mantener su nivel, entre sus méritos siempre quedará el haber devuelto la sonrisa a un club deprimido, el de cederle el testigo a un Leo Messi al que protegió y de poner las bases del inolvidable Barcelona de Guardiola. El mito ya es leyenda.