Lampard hace tiempo que colgó las botas. Dijo adiós en Estados Unidos después de una brillante carrera, que afianzó en sus años en el Chelsea, club al que hace algunas fechas regresó.
Tiene muchas historias que contar el bueno de Frank, para el que el Chelsea encontró heredero en este mercado invernal. Una de esas historias, narrada en 'The Guardian' le llevó a su infancia.
"Me tragué la boquilla de una trompeta de niño y estuve a punto de morir. Me tuvieron que llevar al hospital y sacármela", aseguró el ex internacional inglés.
Además Lampard, que confesó ser "cristiano y creyente en Dios", explicó que su secreto fue "trabajar duro" porque tiene "miedo al fracaso". Aunque, a buen seguro, pasó más miedo aquel día en el que casi pierde la vida por culpa de una trompeta.