Arrancó el encuentro el Deportivo con tanto ímpetu como imprecisión, imposibilitando que su posesión se transformase en peligro por las continuas pérdidas de balón no forzadas.
En base a la intermitencia de los locales, el Espanyol fue despertando y pidiendo paso sobre el césped de Riazor, asumiendo el protagonismo del partido con arrogancia.
Mientras Lucas y Adrián trataban de desnudar a la defensa 'perica', Andone se jugó la expulsión por una terrorífica entrada a Víctor Sánchez al cuarto de hora.
Cartabia besó el larguero de Diego López y el delantero rumano desperdició un balón largo, que bien podrían haber resumido el encuentro a los 30 minutos.
Sin embargo, el destino quiso ser más cruel con un Deportivo de la Coruña que hizo todo para llevarse los tres puntos esta noche menos marcar un gol.
Tras la reanudación, el Espanyol continuó sin ofrecer poco más que alguna galopada aislada de Baptistao, evidenciando una peligrosa desconexión en la parcela ofensiva 'perica'.
Vuelo sin motor de Diego López
Un penalti absurdo de Granero sobre Lucas desató la euforia en Riazor, que no contaba con que Diego López, único en pararle dos penas máximas a Leo Messi, estaba bajo palos.
La espectacular estirada del guardameta del Espanyol enmudeció al feudo gallego, cuando la rabia contenida asomaba para celebrar el primer tanto de la 'era Seedorf'.
Al vuelo de Diego López, el técnico holandés tuvo que sumar un nuevo larguero de Andone, que estrelló en la madera un grosero error defensivo de la zaga del Espanyol.
Demasiado botín se llevó el conjunto catalán de Riazor, ante un Deportivo que perdonó a su rival y se fue a las duchas con un solo punto, lamentando las ocasiones desperdiciadas.