Simeone no se sentía cuestionado antes del partido de vuelta de Copa ante el Sevilla, un partido que los rojiblancos perdieron.
El técnico aceptó la derrota y dio por justo vencedor al conjunto andaluz, además de asumir la culpa por las dos eliminaciones, pero lo cierto es que con el argentino nunca se había vivido algo así en el Atlético.
Desde la temporada 2012-13, la primera en la que Simeone entrenó al Atlético desde el inicio, los 'colchoneros' siempre habían estado vivos en Champions o en Copa a estas alturas de curso. No jugaron la máxima competición continental, pero se llevaron la Copa. Desde la 2013-14, siempre han llegado a los octavos de Champions.
Ahora la situación es muy distinta. No se le exige LaLiga, compitiendo con Barça y Madrid, pero el hecho de que ya está eliminado de las otras dos competiciones en enero quita brillo a ser el segundo clasificado, a once puntos de los azulgrana.
Y la sensación de muchos es que el 'Cholismo' ya no funciona igual. Más allá de los resultados, los rivales no sufren tanto para romper la defensa 'colchonera' y ya no hay la misma seguridad cuando el Atlético se adelanta en el marcador.
Tampoco Simeone ha estado muy acertado con las decisiones, como evidenciaron sus cambios ante el Girona. En la ida frente al Sevilla cambió a Koke por Torres y llegó el 1-2. En la vuelta, tampoco acertó.
Todavía quedan 18 jornadas por delante y la Europa League, pero el Atlético tendrá que demostrar que aún merece la pena el 'Cholismo' a pesar de la mala situación que vive en enero y estar en una tesitura en la que no se había visto antes con Simeone en el banquillo.