El Sevilla se cruzó en el camino mundialista de Iago Aspas y salió escaldado. Montella intentó que el equipo no pensara en el partido del miércoles, pero el subconsciente juega malas pasadas y un cúmulo de errores defensivos abrió la puerta a un Celta que se permite la licencia de soñar con Europa gracias a su capitán, autor de tres de los cuatro goles vigueses.
Las intenciones del Sevilla se fueron imponiendo en los primeros minutos. Sandro, que había entrado por las molestias de Correa en el calentamiento, se topó con Sergio en un par de ocasiones. En las primeras paradas del guardameta vigués se cimentó el triunfo de los de Unzué, que tardaron en conectarse al partido, pero aprovecharon el primer regalo sevillista para adelantarse en el marcador.
Agujero por la izquierda y centro que primero se remata Kjaer y posteriormete Arana para subir el 1-0. El drama sevillista se incrementó tras conocer que el central danés se había lesionado en esa jugada. Tuvo que entrar Lenglet, de lo poco que se había reservado el técnico italiano de cara a lo de Múnich.
No estaba para tontear mucho el Sevilla, que se ha complicado su presencia en Europa para la próxima temporada. Si no es vía Copa, tendrá que pelear hasta el final en Liga para mantenerse entre los siete primeros. Lo sabía MOntella y lo sabía el equipo, que se lo tomó en serio, pero fue preso de su debilidad defensiva.
Las desconexiones eran caras y Soria salvó hasta en tres ocasiones el segundo antes de que Aspas se la cruzara al poco de iniciar la segunda parte. El 2-0 remató a los sevillistas y el capitán del Celta aprovechó las concesiones para firmar su segundo triplete de la temporada.
Cada gol alejaba un poco más del partido a un Sevilla que miraba a Múnich mientras recibía los golpes de un Celta disfrutón, que pese a no cuajar un buen partido se aprovechó de la indolencia defensiva de su rival, la gran carencia de un equipo construido para luchar por algo más que la séptima plaza, logros históricos en Copa y Champions aparte.
Ahora, la pelea por la séptima plaza se sigue apretando mucho más, con el Celta ganándose una bala extra para soñar y el Sevilla con demasiados frentes abiertos y muchos partidos en las piernas.