En ocasiones, los futbolistas se convierten en improvisados nómadas mientras las fuerzas aguantan. No todos tienen la suerte de afianzarse en un club, lo habitual es que tengan que buscarse las habichuelas en diferentes clubes, divisiones o países. Es el caso que nos toca, el de Natxo Insa.
Siendo un pipiolo, este centrocampista debutó en Champions con el Valencia en Roma. Se formó en la cantera 'che', pero apenas tuvo incidencia en el primer equipo. Por eso se fue al Eibar y después al Villarreal, antes de engrosar la plantilla de un Celta en el que fue héroe.
En la 2012-13, el cuadro vigués llegó a la última jornada necesitado de un milagro para mantener su plaza en Primera, pero la parte imprevisible del fútbol sirvió para que en Balaídos lloraran de emoción. Ante el Espanyol, Insa conseguía el único tanto del encuentro y su equipo consiguió la permanencia, aunque no le valió para renovar el contrato.
Turquía, Segunda... y Malasia
De Vigo a Turquía, concretamente al Antalyaspor. No fructificó su aventura y regresó a España, pasando por Alcorcón y Levante... hasta que le llegó una llamada de Malasia. Un país marcado en el ADN de Insa, ya que su abuela materna nació en el estado malayo de Sabah.
El centrocampista tardó cuatro ratos en hacerse capitán del Johor, lo que le valió para conseguir una llamada de la selección. Aprovechó su situación familiar para conseguir la doble nacionalidad y este mismo jueves, a los 31 años, Insa debutó como internacional con Malasia.
Fue en un amistoso ante Mongolia, el cual terminó con empate a dos. Insa no pudo coronar un día histórico con un triunfo, aunque seguro que le será imposible olvidar el día en el que se convirtió en internacional. Es el 'caso malayo' de un trotamundos del fútbol español.