Había verdadero temor a que Inglaterra realizase un boicot al Mundial de Rusia. Un boicot que se materializase en su retirada de la competición y que quizá arrastrase a algún otro combinado nacional.
Eso dejaría a la FIFA, a menos de tres meses de la gran cita, con un grave problema organizativo, pero parece que el boicot no será para tanto.
Las últimas informaciones que maneja la prensa internacional hablan de un boicot institucional. Dicho de otro modo, Inglaterra pediría a sus aliados dejar solo a Vladimir Putin en el palco en el partido inaugural, que enfrentará a Rusia con Arabia Saudí.
El motivo de estas tensiones es el intento de asesinato de Serguéi Skripal y su hija en Inglaterra. El señor Skripal era agente doble, trabajaba para el gobierno británico, y éste sospecha que fue envenenado por los servicios secretos rusos. Tanto él, de 66 años, como su hija Yulia, de 33, se encuentran en estado crítico.
Estados Unidos, ausente de la cita mundialista, apoya el boicot. Rusia se ha ganado la animadversión de occidente en la última década con su política al respecto de Ucrania y Oriente Próximo.