Autobautizado como un 'romántico del fútbol', el técnico portugués, admirador confeso y amigo de Mourinho, ha devuelto el optimismo al conjunto galés, gracias a los resultados y su simpatía.
"El Swansea me contrató para hacer una especie de milagro. El equipo estaba casi muerto, casi listo para ir al cementerio. Ahora dejamos los cuidados intensivos y quizás estemos cerca de dejar el hospital. Todavía no estamos bien, el médico todavía necesita vernos, pero no estamos muy lejos de salir", radiografió el luso.
En el mismo tono, Carvalhal explicó la victoria ante Kloop: "El Liverpool es muy fuerte, es como un Ferrari. Pero si ponemos un Ferrari en medio del tráfico de Londres a las cuatro de la tarde, ese Ferrari no va a andar más deprisa que los otros coches".
Durante el mercado invernal, el Swansea apenas se reforzó, a pesar de las lesiones de Bony y Fer: "El barco está en el agua, pero el pescado no muerde el anzuelo. Queremos fichar langostas, pero quizás tengamos que conformarnos con sardinas".
Asimismo, sobre el próximo enfrentamiento en la FA Cup ante el Tottenham, el portugués apostó por la cautela... a su manera: "Carlos Carvalhal tuvo un sueño. Prefiero casarme antes de pensar en la luna de miel".
Otra de sus imágenes, ya inmortales en la Premier, la dejó el día que llevó pasteles de nata para los periodistas: "Tu y yo vamos a un picnic y llevamos una gallina. Yo me como toda la gallina y tu no te comes nada, pero según las estadísticas te habrías comido la mitad de la gallina".