Ni el 'plan A', ni el 'plan B'. Gattuso tiene trabajo por delante si quiere sacar algo de este equipo triste y sin alma. El Rijeka necesitó sólo siete minutos para anotar el primero, y poner cuesta arriba el partido a los 'rossoneri'.
El Milan no reaccionó, pero al menos tampoco convirtió el partido en una debacle. El segundo llegó tras el descanso. Y así, entre Puljic y Gavranovic, el Rijeka puso en evidencia al Milan.
Una derrota que demuestra que hay mucho por hacer para hacer de este equipo algo competitivo. Los próximos rivales ya no serán AEK o Austria de Viena. En los dieciseisavos puede esperar perfectamente el Borussia o el Nápoles.
Por contra, para el Rijeka la victoria ha sido amarga como pocas. Debía ganar y que el AEK perfiera en su visita a Viena, pero los atenienses encadenaron otro empate (el quinto consecutivo), y se colaron en la siguiente ronda.