Nada pudo hacer el Formentera para dar la vuelta al marcador de la ida ante el Alavés. El 1-3 pesó mucho y los del cuadro balear se despidieron de la Copa, eso sí, con la cabeza bien alta.
El choque comenzó con los dos equipos enchufados. Los visitantes parecían no hacer caso al resultado de la ida, pero las ocasiones las puso el Alavés. La más clara de la primera mitad llegó de las botas de Wakaso, pero acabó en saque de esquina.
Pese a los intentos del Alavés, el cuadro vitoriano no consiguió irse por delante en el marcador al descanso.
Paso por vestuarios y dominio aplastante local
El descanso sirvió para que los de Abelardo salieran de vestuarios como una moto y el monólogo alavesista no tardó en llegar. Nueve minutos de la segunda parte necesitó el cuadro local para poner el primero en el marcador.
Demirovic se coló entre dos centrales y recogió un buen pase para poner el balón lejos del alcance de Chechu. El bosnio ha sido clave en la eliminatoria con tres tantos, dos en la ida y uno en la vuelta ante su afición.
Tras el tanto de Demirovic, el Alavés siguió insitiendo sobre la portería de Chechu, pero el guardameta, que fue de lo mejorcito del Formentera, no estaba por la labor de ofrecer facilidades.
El Alavés se hizo dueño y señor del partido en los minutos finales. Primero Sobrino, después Medrán, en dos ocasiones, pero el que consiguió el tanto que sentenciaba el encuentro fue Pedraza.
El cuadro de Vitoria ya tiene el billete a cuartos de Copa del Rey, eliminando a un Formentera que se va de la competición con la sensación de haberlo dado todo.