'Zizou', hasta la fecha, ha sido el mayor defensor del tridente formado por Bale, Benzema y Cristiano. Sin embargo, la realidad es que, este curso, no ha sido la mejor combinación para los madridistas. Y hasta el padre de la idea tuvo que dar marcha atrás.
Pese al excelso acelerón del crack luso en las últimas semanas, la aportación del galés y el francés parece insuficiente para aguantarle el ritmo a CR7. El técnico se percató y ha ido, paulatinamente, introduciendo variaciones y caras nuevas que están dando un gran resultado.
El paso del 4-3-3 al 4-4-2 ha sido una de las claves. Los descansos de Cristiano, las lesiones de Bale y las intermitencias de Benzema, todo ello mezclado con las rotaciones, han dado un plato con otro sabor.
El cambio también se corresponde con los nombres. La 'bbc' ha abierto su abanico y ya caben Asensio y, especialmente, Lucas Vázquez. Este se ha ganado a pulso ser uno de los disolventes del famoso tridente blanco. Desde el 2-2 ante el Levante, punto de inflexión, han pasado nueve partidos. En ellos, con el esquema de tres puntas extinguido, el gallego ha sumado tres goles y seis asistencias.
"Si están jugando es porque se lo merecen", dijo Zidane de Lucas y Asensio. El mallorquín ha sacrificado espectacularidad por resultados. Efectividad sobre el arte para sumarse a las alternativas, que dejaron de ser tal ante el PSG. En juego, todo el crédito restante en la temporada, y en la ida Bale se fue al banquillo. En París, Lucas y Marcos cerraron el círculo y certificaron el adiós al 4-3-3, uno de los sellos del primer Madrid de 'ZZ'.